martes, noviembre 06, 2007

El 41 en las Heras y Pueyrredon. Hasta La Rioja y Avenida Belgrano.







Lisa: Llame y deje mensaje. ¿Por qué no me contestaste?


Ana: No quiero verte. Olvidarte de mí.


Lisa: ¡Explícame! No me trates así. No soy cualquier persona.


Ana: Me traicionaste, dijiste cosas… Vos, mentiste de una forma…


Lisa: Ana, ¿en qué te traicione? Yo; dije la verdad, he sido autentica de una manera muy linda. Fuiste mi inspiración mucho tiempo, por ti hice cosas que nunca pensé que podría hacer. Mi carrera, mi conocimiento, mis pasiones, aprendí tantas cosas. Ahora me dices que –mentí-


Ana: La gente esta hablando de cosas, ¿por qué hablan? ¿Alguien sabe?


Lisa: ¡Nadie sabe! Pero, nos han visto juntas, recuerdas el cumpleaños de Rebeca. Nos vieron juntas, hablando y coqueteando. Eso no lo puedo negar; puedo negar todo lo demás pero eso no.


Ana: De todas formas, la diferencia entre nosotras es muy grande, vos querés algo que yo no puedo ofrecer. Además necesito pensar en otras cosas más importantes.


Lisa: ¡¿Pensar?! ANA, no puedo estar contigo formalmente, tengo que ocultarlo, igual tu. Sólo quiero tenerte en secreto, no quiero que pienses que te falte y mentí.


Ana: Imposible, ya no te quiero, eres muy pendeja para mí, yo necesito una mujer de verdad. Tu identidad sexual esta en redescubrimiento. No me sirves.


Lisa: No me trates con frialdad, cuando estamos juntas es algo inimaginable, lo sabes, no lo niegues.


Ana (voz quebrada): Lisa, ¿Qué querés?


Lisa: Estar contigo en este momento, besarte y abrazarte sin pensar en mañana.


Ana: ¿Crees que dure mucho?



Lisa (solloza): No sé.



Ana: Tu respuesta es muy certera, yo pienso igual. No sé.
Si no dejamos todo hoy, lo vamos hacer mañana o pasado o después, pero al final va ha pasar.




Lisa: No quiero que termine así. Imaginé que terminaría sin despedidas, sin lágrimas ni tristezas. Pensé que nos veríamos más noches de primavera y verano, y un día; sólo no vernos más, porque la vida nos llevará a lugares diferentes. Y eso lo sé y lo supe siempre.





Ana: Eres encantadora, ya te lo había dicho. Pero la realidad es otra. Si continuamos con esta fantasía, las dos saldremos perjudicadas en nuestro trabajo. Lo de nosotras no puede ser y lo sabes.






Lisa (llora): Ana, me haces mal. Siento mucha tristeza en mí. Hoy llegaré a casa y escribiré nuestra historia por capítulos, para releerla una y otra vez, y nadie la leerá, ni tus ojos.



























































Y...



























































No.





























Ahora, si quiero.




















xoxo












































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1 comentario:

Aldoux dijo...

No me vas a decir nada?
Por qué me castigas con la indiferencia?

me duele.