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Mi pecho te pertenece.

Yo, con un corazón.
Yo, con vos.
Yo.

Frenesí para dos.

Energía, sudor y calor. Es todo lo que necesito de ti.
Besarte, tenerte y estrujarte. Es todo lo que quiero de ti.
¿Cómo te lo pido?
¿Cómo me entrego?
¿Cómo pierdo el miedo?

Un cuarto cuadrado.

Mi mirada te busca,
Mi mirada te necesita.
Esa mística, nos unió.
Energía generada por la pasión. Humeda.

Mañana fría.

Como una incertidumbre que me invade.
Quiero amarte, y no te conozco.
Quiero verte con mis ojos negros. Negros y solos.
Yo,
sólo,
quiero volver a verte.

Leyendo las líneas de Alejandra.

Leo tus líneas
y mis ojos negros, se humedecen.
Leo tus líneas
y mi corazón, se estremece.
Eres tú, Alejandra.
Tú, lo sentiste,
y
ahora yo, también.

Poema

Tributo al Mundo del Juguete

Este poema fue un regalo del mundo del juguete. Y esta es mi manera de hacerlo parte de mi.

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Triste final.

La prostituta virgen.
Matáte, matáme. Mata-hambre sexual.

La virginidad maldita.
Hermana, madre, esposa inútil.

Espía indecente,
conchuda vaginal.
Discúlpame.

Poca cosa.
Morirás,
sin casa ni hijos.
Existencia inútil.

Y,
Sin descendencia,
ni porvenir, ni legado. Angustiosos escritos.

Ahora no sós nada, ni nadie, ni algo.
Pobre de bolsillo.

Morirás y tus obras, se venderán
como pan caliente,

Alejandra.

Hoy domingo tres de junio del dos mil siete, votaciones en Buenos Aires, Argentina. Los jefes de gobierno buscan un espacio para poder comer un pedazo

Hay sensaciones corporales, que son inexplicables y la barriga siempre es el campo de batalla. Algunas veces ocurre una caída libre, desde el esófago hasta el estomago, otras veces pasa un terremoto en medio de las piernas, al que los doctores llaman calambres ó temblores corporales. Sin embargo, los doctores no son los alquimistas de la modernidad, solo son lideres frustrados que sienten satisfacción al salvar vidas desconocidas. Y, él hecho, de poder salvar vidas es un logro absoluto, y mi vida…

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Ahora siento una caída libre en mi barriga y mis rodillas temblaron durante la noche.
Una de esas noches que no se olvidan. Mi primera y última noche. Si me hubiera pasado hace tres meses, en este instante la caída libre, seria en el corazón. Y todo porque soy una amante de los sueños y vivo fantasías inanimadas en medio de panales dorados. Ese mundo, copia de Dalí, imitación barata del surrealismo onírico. Mi caída libre, con pantalones blancos como los de Nikita. Ahora tengo tres días obligatorios, para sólo pensar, en ti.