miércoles, abril 09, 2008

Ayer hablamos y me hizo bien saber de ti. Siempre me gusta contarte cosas aunque ahora sean melancólicas de parte de las dos.


Mother and Child
by: Gustav Klimt

Cuándo abandoné Buenos Aires, el pequeño demonio en mi barriga comenzó a pedirme el biberón porque tenía sueño, ya en el Caribe se despertó un poco, haciendo sus últimos esfuerzos de la noche, el sabia que tenia que descansar pero cómo todo demonio pequeño quería jugar hasta tarde, al igual que la niña que tengo ahora despierta. Lo deje despierto un poco más para que se agotara bastante y pudiera entrar a invernar tranquilo.

Al regresar de mi viaje, se durmió mas profundo, una noche se acurruco muy tiernamente y yo con una cobija lo abrace. No quiero despertarlo se ve tan hermoso dormido como si no fuera un bebe demoníaco. A veces se porta tan mal pero nunca lo reto, creo que los bebes demonios deben crecer libres y experimentar cosas. Ahora después de dos meses esta dando vueltas en la cuna. Hace unas noches comencé a cantarle, a ver si retornaba a su sueño profundo, pero con mi voz desafinada creo que lo despierto más. El lunes decidí no cantarle, no valla a ser que por mi culpa e insistencia se levante de su invierno, pero cada vez que lo miro se mueve y revuelve las sabanas verdes que le prepare con tanto amor. Mi pequeño demonio, si vuelves a despertar no se que are, querrás volver a las travesuras y felicidades de éxtasis y químicos, creo que la nena de doce que apareció huérfana no pondrá objeción alguna y yo no puedo hacer nada por dependerlos, le prometí que no me metería en su formación. Es un bebe demonio que sabe cuidarse pero ¿la niña se podrá cuidar? Y si no, tendré que enseñarle. Por ahora sólo queda hacer silencio para no despertarlo y a la nena decirle que cuando quiera jugar lo haga en silencio para no cometer imprudencias.

No hay comentarios.: