En medio del pasillo infernal sucedió todo. Un coche coloquial, donde adentro se podía ver a ese bebe sucio y negro, vestido con piedras preciosas, junto a una madre alcohólica y un padre pedofílico. Ni una mirada por la ventana fue otorgada.
La calle rota. Indigentes, basura y putas adornaban esta hermosa vereda. Sentado, fumaba el niño un cigarrillo ilegal. El vio todo, joyas, dinero y flores esparcidas por la vereda sucia y mal oliente. Con una bocanada de éxtasis de sus pulmones, soltó el humo, miró dinero, sangre y un puñal. Rió en silencio, tomó un billete, una flor y se marchó.
martes, agosto 01, 2006
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