jueves, marzo 13, 2008

Algo hermoso que se escribió solo.


Isabella se preparó tres meses antes, tenia que pensar el menú ¿qué cenarían esa noche? Las opciones eran infinitas pero ella quería que fuera especial, propia de otro lugar. Arroz con coco, ensalada de aguacate y mango pero aun no desidia, carne o pescado. Ese día en el mercado quería comprar todo fresco, pero pasar alimentos por el aeropuerto sería imposible, su única opción fueron productos herméticamente cerrados. Ya estaba decido, arroz con coco y guandú, ensalada de aguacate, mango y queso y salmón al vino con cebolla y morrón y el postre dulce frío con leche condensada y galletas María.
Un mes y medio, sólo quedaba otro mes, las latas vencían en octubre y apenas era febrero, el salmón se compraría el mismo día. El vino debía ser blanco para acompañar al salmón. Sólo faltaba fijar la fecha, pero no dependía de ella, sino de las dos.

Bella dice:

El sábado no puedo, pero el domingo si.
Isabella dice:
El domingo es un buen día.
Bella dice:
Entonces el domingo será maravilloso.
Isabella dice:
Tengo un menú exótico.
Bella dice:
No me interesa el menú, sólo el postre.
Isabella dice:
Yo soy el postre y va a ser encantador que me comas.

Desde las nueve ella no pudo dormir más y las compras fueron la mejor opción para pasar la mañana. Primero la verdulería y luego la pescadería. A las doce todo estaba comprado, desde la lechuga más verde hasta el salmón más rosado.
Los preparativos para ella fueron importantes, la peluquería, el vestido, quería estar hermosa para su amante, el postre perfecto. Como una cenicienta moderna pidió un taxi, quería llegar temprano por que sabía que sus horas pasarían rápido.
Ring, ring.

Isabella dice:
Hola linda, soy yo, ábreme.

Abre la puerta.

Isabella dice:
Ayúdame con la bolsa, esta pesada.
Bella dice:
Estas hermosa, no quiero besarte para no quitarte el labial.
Isabella dice:
Besame.

Silencio/besos/roces.
Desnuda sobre la cama, mientras Bella juega con su pelo.


Bella dice:

Sos como un animalito salvaje en mi cama.
Isabella dice:
Soy un salmón urbano que lucha por morir.
Bella dice:
¿Por morir en mi cama, o en mis brazos?
Isabella dice:
En tu cama, en tus brazos, en tu sexo. Cada vez que te veo siento que muero de deseo.
Bella dice:
¿Es bueno o malo?
Isabella dice:
No es bueno, ni malo. Es hermoso.

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