lunes, enero 07, 2008

¿Cómo se llama mi Julio Verne?


Gabriela: Píensalo bien, ¿para qué morir?

Isabella: ¿Para qué vivir?

Gabriela: Esa es la paradoja divina de la filosofía hermética. ¿Te explico?

Isabella: La vida es un noventa porciento tristezas y penas y un diez porciento felicidad. ¿Vale la pena? sufrí en mayoría para gozar una felicidad mínima.

Gabriela: No creo que sea así de desigual, pero es más mala que buena. ¿Te explico la paradoja?

Isabella: Por favor

Gabriela: Según la teoría hermética, vivimos en una gran mente a la que llamamos el Todo, que es la explicación máxima de todas las cosas. Todo esta en él Todo y él Todo es la forma de todas las cosas. Nosotros vivimos en la cabeza de alguien, por decir Julio Verne, donde Julio es el capitán Nemo pero el capitán Nemo esta lejos de ser Julio Verne. Todo lo que ocurre en el cosmo pasa por él Todo, y él Todo manda de una forma u otra. El problema radica en, si crees esto, ya no harías nada por tu vida, nada por vivir porque sabrías que eres un simple y finito pensamiento. Tu existencia es la ilusión mental de otra entidad.

Isabella: Somos ilusión.

Gabriela: Exacto.

Isabella: ¿Cómo un gran experimento?

Gabriela: Así es, pero no te vayas por las ramas. Imaginate que el capitán Nemo se da cuenta de que en realidad es un pensamiento inexistente, al igual que todo su universo y conflictos. Simplemente la vida del capitán Nemo no tiene sentido, ni tampoco sus preocupaciones. ¿Verdad?

Isabella: Exacto, porque no existe.

Gabriela: No es útil para nada ni para nadie, porque todo lo que el conoce, siente y percibe es irreal. Acá viene la parte interesante, a pesar de conocer eso, los niveles de realidad son reales, porque por más que no sea real el universo del capitán Nemo, es real para él.

Isabella: Pero… Se dio cuenta que es imaginario, debe haber algún caos.

Gabriela: No, porque todo lo que sucede en su realidad es relevante para él, es su realidad.

Isabella: Dos realidades. ¿Puede haber más?

Gabriela: Exacto, hay millones de realidades. Es importante la realidad de cada uno. Pero para él que escribe nuestra historia, nosotros somos sólo un cuento. Y él puede ir al final y leer el final.

Isabella: Un invento.

Gabriela: Va más allá. El propósito de Verne era crear este universo llamado “20 000 lenguas de viaje submarino” para un propósito, ya sea decir algo a alguien o enseñar algo. Pero, cualquiera que sea el propósito de Julio Verne, no tiene nada que ver con la realidad dentro de la novela que a escrito. Y al capitán Nemo le tiene sin cuidado lo que pasa fuera de su universo y no le importa para que fuera creado, porque fue creado.

Isabella: Es imposible que no le importe, después de saber la verdad.

Gabriela: Para él es real por mas que sepa que no, ¿Qué ganaría dejando de vivir?

Isabella: Nada.

Gabriela: A menos que sea el propósito del creador y finalmente Nemo no sabe cuál es el propósito exacto de su creador.

Isabella: Nosotros estamos en el barco del capitán Nemo.

Gabriela: Somos exactamente igual. Sólo que a nuestro Julio Verne le decimos Dios. Esa es la filosofía hermética, es la que me ha dado mayor cantidad de respuestas a todo.

Isabella: Dios. El nombre es totalmente cultural, inventado por los judíos. No creo que nuestro Julio Verne sea un dios, sólo un buen escritor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y si, la retorica de la vida y la muerte me ha transportado desde la primera copa de vino hasta los suenos mas abstractos del universo... me encanta tu manera de todo lo que piensas y lo que dejaste de pensar en tus lineas... tqm desde Italia y para el mundo cuidate en carnaval