martes, julio 03, 2007

No me puedo bañar y quiero bañarme.


Conozco una vaca actriz muy exótica y extravagante, usa pantalones a cuadros y remeras con mensajes subliminales. Hace unos días me sorprendió con un nuevo corte de pelo, ese famoso mohawk, influencia punk. Ésta vaquita extravagante, ama la improvisación y los desnudos en el teatro.
Una vez me sorprendió, con papitas y palitos para comer, en medio de la noche y siempre vistiendo pantalones a cuadros y remeras de metal: Sepultura, Iron Maiden, Queen ó Slayer.

Hace unos días fue su cumpleaños “sorpresa”, llego a la fiesta vestida de Sepultura y bufanda rolinga. Cuando entro, nos deleito con Fernet y mucha cerveza, a los pocos minutos fue al dormitorio, y regreso con pantuflas de abuelo. Sí, pantuflas azul marino, con una pequeña franja celeste.

Ya avanzada la noche, nuestra actriz hizo una improvisación teatral. Comenzó saltando a modo de bailarina de valet y continúo con una pequeña charla sobre los aros en el cuerpo. Como toda vaca sexy, tiene un lindo aro plateado y su explicación fue puramente sexual. ¿Quiénes se ponen aros en las ubres? Solo vacas sexuales.

Y sí, a esta vaca le encanta el sexo, duro y pasional.

La improvisación continúo con un lindo desnudo. Se despojo de toda su ropa, para dejar al descubierto ese aro plateado. A medida que hablaba sobre lo funcional que es un aro, a la hora del sexo, se lo frotaba con la punta de la pata.

Mi atención se fue a la mierda, no pude seguir el monologo sexual de la vaca actriz, solo pude concentrarme en el pequeño aro plateado, cómo lo tocaba, frotaba y estiraba. Al final de la improvisación, percibí una lágrima en su mejilla, ella miraba al vació y decía: la soledad me invade. Soy sola y sigo mi camino, sola.

Es triste estar solo.
Lo que ella no sabe, es de mi soledad. Si solo, pudiera levantarme y decirle que quiero su compañía.

Porque, yo también estoy sola.

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